sábado, 29 de octubre de 2011

VIRUS: UN RELATO SOBRE EL PELIGRO DE LOS RUMORES EN LAS ORGANIZACIONES. FERRAN RAMON-CORTES


Esta es una empresa perfecta. Todo funciona perfectamente. Cada uno sabe qué función tiene que hacer. Los resultados son extraordinarios. Todo está previsto y supervisado. No hay nada que se deja al azar. Todo está programado y no puede haber, ni lo hay, ningún fallo por pequeño que sea. Cada uno está en su sitio, haciendo su trabajo, con una excelente perfección del sistema organizativo que se ha planteado. ¡Todo controlado!.
De pronto, un día, una pequeñísima luz se enciende dentro de perfecto organigrama. Existe un pequeño rumor acerca de algo. No tiene importancia. No vale la pena hacerle caso. Tal como se ha encendido se apagará.

El autor nos quiere transmitir los peligros de los rumores en las empresas.

'El nivel de rumorología es un termómetro del nivel y la calidad de la comunicación interna'

Siempre se ha dicho que el rumor es la antesala de la noticia; siempre nos han contado que cuando el río suena, algo lleva. El autor hace un paralelismo entre un virus, que se va extendiendo por todos los canales de nuestro cuerpo o por todos los programas de nuestro ordenador si no es que nos vacunamos contra ese mal o nos instalamos un antivirus.

A todos nos gustan las cosas claras, sin dudas, para poder saber donde estamos, qué decisiones o actuaciones debemos de hacer y donde queremos llegar.

En las empresas en proceso de cambio, los rumores llegan a sustituir a la comunicación oficial, algo que hay que evitar a toda costa. Un rumor en una empresa, un rumor en una organización, sólo genera desconfianza, temor, duda; hace que nos desconcentremos, que estemos faltos de atención en nuestro quehacer diario y muchas veces que nuestra mente esté libremente perdida sin prestar atención en lo que realmente necesita estar centrada.

Antes de hacer circular cualquier información, debemos tener clara dos ideas básicas de la misma, una que  la información es cierta y positiva y dos que  ayuda al buen funcionamiento de la empresa, pero si no es correcta, estamos ante un rumor, un “dicen que dicen”, y entonces podemos definirla como un rumor, que si no se detiene tiende  a expandirse como un virus; no tiene fin. Es como una epidemia.

Las organizaciones suelen tomar conciencia de que se están enfrentando a un verdadero problema cuando el rumor ya se ha extendido y ha tomado fuerza. Para poder atajar el rumor y acabar con él, hay que ser rápido y romper la cadena de su expansión. Hay que tomar medidas con prontitud. Primeramente facilitando la información necesaria con datos reales y al mismo tiempo, actuar sobre el origen del rumor. ¿Dónde ha surgido?, ¿Quién lo ha iniciado? Es preferible actuar sobre la persona que lo ha empezado que actuar sobre la colectividad.

¿Por qué lo ha hecho?, ¿Por qué su actuación? Como se suele decir, hay que tomar medidas al respecto y cortar por lo sano antes de que se nos infecte toda la organización.  Han de eliminarse sistemáticamente las principales fuentes de rumores, como la crítica, la especulación sobre las decisiones tomadas, las malas interpretaciones... Todo componente organizativo de la empresa debe de saber que lanzar algo que no se ha constatado no es beneficioso ni para él, ni para la empresa.

Algunas armas que podemos utilizar en esta lucha interna son según el autor:

-       La gente: Hay que conocer a los compañeros y no prejuzgarlos. Hay que dedicarle tiempo y compartir con ellos sus pensamientos, sus inquietudes, qué les motiva y qué no.

-        Las relaciones: Hay que saber llegar al compañero, hay que saber las habilidades sociales de cada uno de ellos.

-          La transparencia: Con la verdad siempre por delante, no hay que ocultar información. 

-        Tener valor y ser claro a la hora de transmitir cualquier noticia, buena o mala. Eso sí, no hay que ser negativo, tan sólo claro.

-         Ser íntegro: Lo que decimos debe de ser lo mismo que lo que hacemos. El mejor ejemplo que damos a los demás es nuestra actitud.

-       Ser rápidos: dar la información sin retrasos y de manera efectiva.

Con todo ello, el autor lo que ha pretendido en su libro es facilitarnos las reglas básicas para poder mejorar la comunicación y el entendimiento entre los componentes de las empresas y de sus organizaciones. Hay que saber minimizar los problemas y los malentendidos, y hay que saber atajarlos, si es posible sin dañar a los demás, pero a veces hay que tomar las acciones que se crean oportunas en beneficio de la empresa.

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