Después de leer detenidamente el artículo que nuestra profesora nos ha facilitado, he intentado analizar y
recapacitar toda la información que he podido y sabido extraer, sacando ideas y
conclusiones propias según mi punto de vista.
Está claro que seres humanos tenemos la necesidad de comunicarnos y relacionarnos
con los demás, considerando la comunicación como el proceso de transmisión y
recepción de información, ideas, mensajes.
Todos vivimos en un mundo en el que, afortunadamente, día a día no paramos
de convivir, de compartir, de transmitir información con las personas que nos
rodean, sean amigos, pacientes, familiares o compañeros.
Si hablamos desde el punto de vista
profesional, más que básico o importante, es condición indispensable esta
afirmación, pues estamos trabajando con personas, con pacientes a los que
tenemos que saber llegar mediante la comunicación en ambas direcciones:
nosotros les transmitimos información, serenidad, nuestros conocimientos profesionales aplicados sobre su situación
particular y ellos nos transmiten sus dolencias, sus motivaciones, nos hacen
partícipes de todo aquello que les hace bien y que va en beneficio de su
mejoría. La comunicación para poder entendernos mutuamente debe de ser
sencilla, generosa, de confianza y amplia.
Aunque para tener esta buena comunicación, hay unos factores en concreto en los que nos debemos de basar para poder lograr y conseguir nuestros propósitos como por ejemplo: el talante, la simpatía, el tacto, el sentido del humor, el autocontrol: Conservar la calma en todo momento.
Sería estupendo, según observamos en los puntos anteriores que todos nosotros tuviéramos como se dice DON DE GENTES, pero por si acaso no lo tenemos, si que debemos de comportarnos con la fluidez y generosidad suficiente para poder comunicarnos con nuestros pacientes.
Al comentar el último punto de la escucha activa, me ha hecho darme cuenta, que para mí, es el punto más importante, ya que la comunicación empática, es de gran utilidad en situaciones en las que se detectan en el interlocutor estados emocionales que pueden interferir en la comunicación. Suele utilizarse para reducir la hostilidad y tranquilizar a la otra persona, para ayudar a superar el desánimo, para ganar su confianza.
Para ello debemos de observar lo que dice el
otro y cómo lo dice, utilizar un tono de voz y volumen apropiado, buscar el contacto
físico, practicar la aceptación incondicional, utilizar frases reflejo
Después buscar información, leer bastantes artículos y analizarlos, llego a
la conclusión que las ideas que he expuesto anteriormente, son mis mejores
armas de trabajo y la base de la relación con mis pacientes, por lo que debo de
ejercitarlas y desarrollarlas día a día, dándoles absoluta prioridad en todas
mis acciones, pues comunicarme, entender a mi paciente y que él también se
comunique y me entienda es el propósito por el cual he estudiado esta carrera.
Ser de utilidad a mis pacientes y al mismo tiempo ser y hacerles felices.
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